De cartas que ya no se escriben

Con pensamientos más que en blanco me siento a meditar de la vida, de los sueños, del futuro, del amor, aclarar la mente para ver qué puedo decirte. Aún ante esto cada pensamiento sigue en blanco, que si media frase y borrador, que un párrafo y a la papelera, pobres árboles por todas las hojas perdidas con mis intentos, cuando de amor se trata mi mano no plasma ni una frase con sentido.

De la cocina para la sala, del cuarto a la oficina, en máquina de escribir, lápiz o al compu, simplemente no funciona y de verdad es necesario porque por una razón o por otra necesito escribirte por esta vía, hacer una bendita carta de amor, y ¡Dios! siempre lo haces ver tan sencillo, no pensé que me la pondrías tan difícil.

¡Pedirme una carta de amor!, pero si no vivimos en el renacimiento, ahora hay teléfonos también internet, lo juro que no le huyo al problema, sabes que no soy de esas, pero entre el trabajo, la vida y la distancia, como si no tuviera suficientes preocupaciones me pides una carta y ni se por dónde empezar.

Es complicado porque cual carta mecanografiada de colegio debe tener por lo menos:
• destinatario,
• saludo
• y cuerpo de texto,

¿por dónde empiezo?


Querido Quien Quiera Que Seas:


¿Acaso es importante quien eres? ¿qué debe decir? ¿se valen los dibujitos? Tú sabes que para eso si sirvo, ¿por dónde debo empezar?, dame una pista siempre haces las dichosas cartitas y te quedan perfectas. Plagiaria una de tus cartas, así te diría de forma muy bonita lo que siento, pero creo que notarías que esas letras son de tus manos y no de las mías.

Hasta ahora no sé muy bien, se me funden dos neuronas por minuto pensando y pensando, y no porque no tenga nada que decirte, porque si a eso vamos te puedo hablar de las expectativas, sueños y esperanzas que te incluyen, podría hablar horas de eso, podrías hablar horas de ti.

Pero es que ni se cómo empezar, ¿hojas blancas o de cuaderno? ¿Letra palmer o script? No sabía que habían tantas opciones y por ahora juegan la emoción y mi talento al escondite, el amor y las expectativas se dan la mano y coquetean sin prejuicios, juegan a creer que no hay peligros.

Quiero escribir del amor para que cuando vuelvas no sólo sigas enamorado de mi mirada sino también de mis palabras, quiero que cuando leas esta carta, no importa si estas en casa solo extrañándome o en pleno metro siendo empujado por la gente, sientas mi respiración agitada, y el nerviosismo de mis palabras, que sientas cuando bajo la mirada y veas mi cara ruborizada.

¿Cómo logro eso? No se si pueda, porque creo que en el camino de la vida perdí esa fibra adolescente que me permitía decir cualquier locura sin demasiado análisis, no puedo hablar del amor sin pensar en lo cursi que me veo a mi edad, es que ya no creo en las cartas de amor.

Aunque puedo imaginarte al pie de la cama, con media luz en tu rostro alentándome a escribir y decir lo que pienso, siento y quiero, estoy segura que tu mirada me inspiraría.

¿Qué debo decirte? Desde ya sé que debe ser algo sencillo, sin mucho adorno, algo que no sería capaz de decirte de frente porque quedaría tonta con tu mirada, y al final, para eso son las cartitas, para olvidar a la cobardía.

Sería tan fácil que me dejarás escribirte por msn, hablaríamos por horas y discutiríamos temas de actualidad, pero sigo tus condiciones, aunque creo que ya te estoy entendiendo, sólo quieres que diga lo necesario, sólo quieres que te diga aquello que nos une.

¿Por dónde debo empezar? Creo que un Hola no iría tan mal, o quizá te podría decir Hello Stranger, o un Buenas buenas para un aire de misterio, eso sí, sin nombre para no caer en redundancias, sabes que sólo por ti haría esto, no cabe otro nombre en ese destinatario.

¿Y el cuerpo del texto? Podría hablarte de temas serios o meras banalidades, mira que hay muchas noticias de las que podemos hablar o libros nuevos que discutir, creo que mejor sólo diré vuelve pronto que te extraño.

Y me despediría, sin duda, diciendo que te amo porque aunque lo sabes no desaprovecho oportunidad para decirlo, sólo espero pronto no tener que conformarme con escribirlo, pronto se lo diré a tus ojos, a tus labios, a tu vida.

Que de amor se trata este cuento, quizá no dije lo que esperabas pero cada palabra, cada intento, cada hoja en la papelera estaba lleno de amor.

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Encontré este texto entre mis textos y hoy me doy cuenta que no soy la misma que los escribió ¡cómo te endureces y te vuelves de hielo? no lo sé, pero tampoco quiero derretirme. HOY ES UN JUEVES DE DECEPCIÓN...