Que si tú, que si yo, que ni el ahora ni el después

En un encuentro casual te recuerdo, recuerdo cada instante desde que tu sombra irrumpió, recuerdo mi destello al verte, cada cruce ingenuo, recuerdo tu mirada nublada en el frío tratando de acercarse, que casual el verte, verte una y otra vez, escucharte, olerte, rozarte, que casuales fuimos. Tan casuales que no creí en tu certeza, tan casuales que perdí tu mirada, cambiamos el sentido y aún fue más casual.


Y el volver a verte, otro capítulo se construye, una mirada fue suficiente, se detuvo el viento, el tiempo, pero no tu vida, la historia cambió, la certeza se ha esfumado pero sigues tú, aún más casual, persiste la mirada, persiste el recuerdo, persiste el deseo.


Todavía las miradas se persiguen, juegan al escondite, te veo y caigo, el tiempo nos engaña, nosotros lo engañamos, que engaño, nos engañamos a nosotros, pero como lo disfrutamos, se acaba el tiempo, nosotros impregnados de engaños, impregnados de recuerdos. Ahora, yo sola como el viento, tú al otro extremo en la distancia­.

Comentarios

Publicar un comentario

Ocurrencias y ocurrencias, para eso es esto ¿no? cuéntame...