Enclaustrada en mi burbuja de sarcasmo, nunca me he cansado de reírme del amor, de criticar esa felicidad absurda y sus cursilerías. Salgo a la calle sola, atónita los veo a todos en pares, por un lado los noviecitos en una plaza del centro con sus extrañas costumbres, por otro, los esposos peleando en medio de un tráfico estacionado, hasta las palomas en el parque viven en eternas orgías, veo también flores que crecen en par, en fin todos en compañía.
Así veo como prospera el comercio de las flores, hasta los claveles para muertos causan un estúpido brillo en los ojos; aumentan las ventas de peluches, no termino de entender esa fascinación por los osos de felpa, objetos inanimados e impersonales; qué decir de las tarjetitas, los mensajitos más empalagosos posibles con el típico atardecer de fondo, a alguien le deben gustar, total el amor es ciego y se alimenta de mal gusto.
En las aceras todos caminan de la mano, hacen malabares para sostener lonchera, cartera y carpeta sólo con un brazo, todo para así poder caminar dulce y primaveralmente de la mano del mamarracho de novio que espera a la salida del trabajo, seguramente desempleado, mientras yo observo el espectáculo con ambas manos en los bolsillos.
Siempre me he quejado de las rimas, alteran mis nervios, que si el color de tu pelo brilla como el cielo y eres hermosa cual una rosa, frases gastadas, copias de tarjetas, ni siquiera plagios de buenos autores, cartas de amor copiadas de otras cartas de amor y versos que hablan de alfileres, la inmensidad del mar y de la intensidad de una mirada.
Y aún peor, los días cercanos al 14 de febrero, todo se multiplica por cien, globos, peluches y flores por doquier, y por supuesto la desesperación de conseguir un novio para esa fecha para no terminar siendo un “loser” solo en casa esa noche, como si los novios los vendieran en un almacén de supermercado.
Nunca he soñado con una “media naranja” y la idea me suena hasta escalofriante, no imagino mi vida con un ….¿príncipe azul?, ¡No!...como si todo el camino en la vida estuviese planeado por terceros y no por nosotros, que complicado porque la perfección no existe y en mi imperfección lo corroboro.
Es más, cuando de niña jugaba con mis primos a la casita, todas las niñas querían ser la esposa hogareña, soñaban con un traje de novia y cenas románticas, a mi no me importaba ser la divorciada, siempre sacan la mejor parte.
Y sé que esto puede sonar fuera de tono pero aún ante eso y ante mi irreverente perspectiva de la vida, creo que…….. ni se cómo, ni se cuándo, pero es hora de confesarlo… me he enamorado, soy enamorada absoluta de eso que llaman amor.
En un principio la idea me pareció aterradora la idea, la sola idea de enamorarme, es que no creo en las tonterías, ni en los suspiros sin razón, pero he soñado, he sonreído, he pensado más de la cuenta.
Me confieso enamorada de tus defectos, atónita con lo que siento y no tan rebelde ante la causa, confieso que no te soñaba y ahora te sueño, confieso que me desvalijaste mi vida, confieso que un final feliz ya no me suena tan cursi.
Así veo como prospera el comercio de las flores, hasta los claveles para muertos causan un estúpido brillo en los ojos; aumentan las ventas de peluches, no termino de entender esa fascinación por los osos de felpa, objetos inanimados e impersonales; qué decir de las tarjetitas, los mensajitos más empalagosos posibles con el típico atardecer de fondo, a alguien le deben gustar, total el amor es ciego y se alimenta de mal gusto.
En las aceras todos caminan de la mano, hacen malabares para sostener lonchera, cartera y carpeta sólo con un brazo, todo para así poder caminar dulce y primaveralmente de la mano del mamarracho de novio que espera a la salida del trabajo, seguramente desempleado, mientras yo observo el espectáculo con ambas manos en los bolsillos.
Siempre me he quejado de las rimas, alteran mis nervios, que si el color de tu pelo brilla como el cielo y eres hermosa cual una rosa, frases gastadas, copias de tarjetas, ni siquiera plagios de buenos autores, cartas de amor copiadas de otras cartas de amor y versos que hablan de alfileres, la inmensidad del mar y de la intensidad de una mirada.
Y aún peor, los días cercanos al 14 de febrero, todo se multiplica por cien, globos, peluches y flores por doquier, y por supuesto la desesperación de conseguir un novio para esa fecha para no terminar siendo un “loser” solo en casa esa noche, como si los novios los vendieran en un almacén de supermercado.
Nunca he soñado con una “media naranja” y la idea me suena hasta escalofriante, no imagino mi vida con un ….¿príncipe azul?, ¡No!...como si todo el camino en la vida estuviese planeado por terceros y no por nosotros, que complicado porque la perfección no existe y en mi imperfección lo corroboro.
Es más, cuando de niña jugaba con mis primos a la casita, todas las niñas querían ser la esposa hogareña, soñaban con un traje de novia y cenas románticas, a mi no me importaba ser la divorciada, siempre sacan la mejor parte.
Y sé que esto puede sonar fuera de tono pero aún ante eso y ante mi irreverente perspectiva de la vida, creo que…….. ni se cómo, ni se cuándo, pero es hora de confesarlo… me he enamorado, soy enamorada absoluta de eso que llaman amor.
En un principio la idea me pareció aterradora la idea, la sola idea de enamorarme, es que no creo en las tonterías, ni en los suspiros sin razón, pero he soñado, he sonreído, he pensado más de la cuenta.
Me confieso enamorada de tus defectos, atónita con lo que siento y no tan rebelde ante la causa, confieso que no te soñaba y ahora te sueño, confieso que me desvalijaste mi vida, confieso que un final feliz ya no me suena tan cursi.
El amor se a vuelto muy comercial...ya lo desconocemos.
ResponderEliminarSaludos